Video muestra a voluntario de Essalud tras incidente con el presidente Alan García

En Bolivia Evo juega al football y no quiere que lo toquen. Le mete un rodillaso al jugador contrario y lo expulsan al jugador mas no a Evo. Entonces que juege solo pues no lo pueden marcar.
Alan Garcia le mete una cachetada a un ciudadano, un politico tiene que soportar las expresiones del populorum. Si no quiere tener esas dificultades, entonces que sea otra cosa no politico.
Volvemos al despotismo de los reyes. En Inglaterra el rey Enrique VIII era campeon de lansamiento de bolas. En una oportunidad hubo un campeonato en la corte y Enrique VIII perdio el campeonato. La solucion que tuvo fue liquidar al vencedor y asi siguio siendo el campeon.
Evo debe de jugar solo con jugadores que no lo marquen y Alan debe de quedarse en su casa porque el pueblo le tiene que decirle lo que es. El pueblo tiene que desfogar su frustracion.
Saludos

Jaime Sanchez L.

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ACTO
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4 comentarios:

  1. ...me parece interesante lo escrito por jaime y su comparaciones que al margen de estar en diferentes condicones de tiempo, sociales y politicas de cada uno de los citados, definen un trasfondo actual. Por que no es igual comentar del "señor" de segunda categoria Alan Garcia como solamente corrupto que es una de sus mas superficiales atribuciones malignas y otros citados, que nos daria mas de dos hojas en porque no cabe comparaciones ...Aldo Ramos

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  2. Claro... Cómo vas a comparar que te metan un cachetadón en la jeta a que te metan un rodillazo en los cataplines. No por algo dicen que Evo es más feo que una patada en los H........ EVOS.

    Saludos
    Edgardo

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  3. “En el dolor hermanos” es un viejo cliché que suelen corean los apristas cuando su partido o alguno de sus militantes o allegados sufren algún tipo de revés o desgracia; sin embargo, esta frase, bien podría calzarles a Jesús Lora y a Richard Gálvez, dos ciudadanos que recibieron un certero golpe cada uno propinado por el presidente Alan García.
    Con respecto al ciudadano Lora, éste tuvo la mala suerte de cruzarse por delante de García Pérez (en una marcha contra Toledo, en el 2004), quien sin más ni menos levantó su enorme zapato para estrellarlo en las nalgas del manifestante. Y ahora le ha tocado a Richard Gálvez, cuyo rostro recibió, según testigos y él mismo, un “cachetadón” de parte del primer mandatario, porque le gritaron “co-rrup-to”.
    El presidente ha negado tal cachetada. Pero los testimonios y la forma como Alan García explica, evade y enfrenta la aclaración de lo acontecido, dejan la clara sensación que el “cachetadón” a la cara de este joven de 27 años, existió. Y refuerza esta posibilidad la aparición de un supuesto supervisor de limpieza del hospital donde ocurrieron los hechos, tratando de convencernos que fue él quien abofeteó al joven y no el primer mandatario; sin embargo, algunos medios de comunicación capitalinos, han demostrado que éste es un guarda espaldas del presidente, desde el inicio de su mandato. Por tanto, estaríamos frente a un plan diseñado en palacio para “salvar” la figura de García Pérez. De ahí que don Alan habría sacrificado a este miembro de su seguridad al ordenarle que se “inmole” por él.
    Muchas personalidades y medios han criticado la actitud del joven Richard, de gritarle al presidente; pero han callado sobre la respuesta del mandatario. Pues, si éste es un país democrático y civilizado como se ufana en reiterarlo el señor García, entonces aquí merecen respeto gobernantes y gobernados. Y si el grito de este ciudadano enojó al presidente, ¿el doctor García tenía derecho a hacer justicia por sus propias manos? ¿Qué lección nos deja el mandatario? ¿Qué los incidentes entre los ciudadanos y sus autoridades deben resolverse a cachetada limpia? O es que acaso le salió la bufalonada al militante aprista.
    Alan García ha dicho públicamente en tono molesto que no va a permitir que le griten ni insulten. Pues bien, señor García. Entonces ya no tendrá que salir a la calle o a una plaza pública. Porque alguien siempre le va a gritar. Y difícil tarea va a tener usted de cachetear o patear a todo aquel que le grite. Y apropósito del tema –y en su lógica, señor García Pérez-, a más de un maestro entonces le hubiera gustado tenerle al frente para responderle cuando hace un tiempo atrás nos insultó gritándonos “comechados”, ¿no es verdad?. Es cierto, a nadie le gusta que le insulten. Venga de donde venga el insulto. Y, con seguridad, al insultado le diera ganas de descargar una furibunda cachetada sobre el insultador. Pero más allá de esas legítimas ganas de responder a un grito con patadas o cachetadas, uno debe de mostrar un equilibrio emocional, el cual ha de espantar bochornosas respuestas que den la vuelta al mundo, sobre todo si uno es una autoridad como es el caso del presidente de una nación.
    Por: DANTE CRUZ RODRÍGUEZ
    willdant@hotmail.com

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  4. Estoy de acuerdo con Dante. Si Alan Garcia no quiere ser insultado, que no salga y se acerque al pueblo. El pueblo tiene derecho de descargar su frustración. Como ya dije, un politico debe de acostumbrarse a estos menesteres.
    Saludos

    Jaime

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