El maestro Sikuri

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Don Alfredo Curazzi Callo es uno de los más importantes impulsores del rescate de la tradición aimara, en especial dentro de la población que emigró obligada a la ciudad.
Manuel Acosta OjedaCompositor (sacado del diario El Peruano)

Curazzi Callo es un hombre aimara dedicado a la docencia. Nació al nororiente del lago Titicaca, el 11 de octubre de 1933 en Pata Pata, comunidad de Paru Lluqisani, ayllu Jach’a Paru, del pueblo de Mujumarka, provincia de Moho, región Puno.
Llega a Lima en 1954, a La Parada. La capital no se asemejaba a lo que él esperaba y se regresó en el mismo camión. Pero en 1960, debido a un grave problema de salud de su padre, tuvo que volver a Lima, esta vez a Barrios Altos.
Había que encontrar una forma para no olvidar, para recordar la tierra y sus sonidos. Así llegó a los centros deportivos de Surquillo, donde la gente se reunía a jugar fútbol y después se convertía en un festival de música provinciana, tocando y cantando las obras tradicionales y las creadas recientemente, donde el tenor era el trabajo, la nostalgia, la esperanza.
Renacer
La zampoña y el siku fueron su forma de enraizarse con su tierra aimara. Empezó a demostrar su cultura a través del arte. Ha sido profesor de casi todas las universidades: en Villarreal, Garcilaso, San Martín de Porres, Católica, Casona de San Marcos y en la Escuela de Suboficiales de la Naval.
Curazzi Callo es respetado y seguido por una delegación de alumnos que han sido formados por él, pero no solo en lo musical, sino también en el modo de pensar y hacer.
Es un maestro, un sabio en su cultura aimara. Obtuvo el más alto honor que puede dar la Escuela Nacional Superior de Folclor José María Arguedas, Willac Umu, máximo sacerdote.
En sus más de 30 años de docencia, ha formado varios grupos de sikuris. Algunos de ellos con filiales en el interior del país y de Bolivia, como es el caso de la Asociación Juvenil Puno Sikuris 27 de Junio. Creó el grupo Merkemarka, integrado por moheños y sus descendientes que viven en Lima.
“Nuestro trabajo sikuri es la suma de tantas derrotas y fracasos. Esa permanente persecución de ideas ha dado significado de éxito a la vida sikuri. Mientras esa urgencia exista, no dejaremos de trabajar”, indicó alguna vez.
(Huaino, varios autores)
Me han dicho
que tu amor no es verdadero,
que tu amor no es verdadero,
qué ingratitud en pago me das,
¿cómo has podido engañarme?
Ay, linda moheñita
qué ingratitud en pago me das
¿cómo has podido engañarme?
En una noche de mayo al compás de las zampoñas
bajo la luz de la Luna
recuerdo que me decías
que nunca me olvidarías.
Ay, linda moheñita
más tarde en brazos ajenos
por mi cariño llorarás.
1954
fue el año que Curazzi conoció Lima llegando en camión a la parada.

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